Cuando enseñar es un crimen

En muchas sociedades el odio parece no tener límites, sobretodo cuando se trata de una sociedad donde el antisemitismo es casi una obligación y un deber ciudadano. Los niños suelen ser el blanco del odio, y en sociedades islamistas, mas que un simple blanco, son el medio para incitar a la violencia. El maltrato infantil puede adoptar muchas formas, puede disfrazarse de muchas cosas, y para una sociedad como la occidental podría pasar incluso desapercibido, sobretodo cuando hablamos de países tan remotamente lejanos como Palestina e Israel. La frase “los niños son el futuro”, si bien puede resultar trillado, recobra más fuerza cuando pensamos que esos niños de hoy tendrán en sus manos muy probablemente cargos de gran importancia tanto en la sociedad como en la política. Restarle importancia a la educación de los niños, en el ámbito no solo académico, pero también moral, es dejar a la deriva el futuro de la sociedad, dejarla en manos de seres que carecen de la capacidad moral para hacer de la sociedad un lugar mejor donde vivir.  

Cuando pensamos en la educación infantil occidental, no solo se limita a las asignaturas, sino a la educación a nivel de valores éticos y morales, tal como los describía Immanuel Kant, donde el comportamiento de la persona se regula, “obrando solo de acuerdo con la máxima por la cual se quiera, al mismo tiempo, que se convierta en ley universal”, “actuar de tal modo que se trate a la persona como un fin más no como medios”. Cuando se aplican estos imperativos morales en la educación de los niños, no solo se está asegurando el futuro de la sociedad, sino también se está asegurando el futuro del niño como el futuro actor de la sociedad donde se va a desempeñar en el área donde decida ser parte. El caso de Medio Oriente nos lleva a cuestionarnos hasta qué punto organizaciones encargadas de garantizar la seguridad y la integridad de los niños actúa para evitar el maltrato infantil en cualquiera de sus manifestaciones. 

Un estudio sobre los libros de texto palestinos, reveló que a los niños palestinos se les enseña a glorificar y valorar el terrorismo y la violencia. La Autoridad Palestina y el Ministro de Educación, Sabri Saidam, quieren que las escuelas árabes en Jerusalén enseñen a los estudiantes porque los musulmanes deberían matar a los judios. Los mensajes que incitan a la violencia y La terrorismo vienen titulados como “El Volcán de mi venganza”, “El anhelo de mi sangre por mi tierra”, entre otros inundan el plan de estudios palestino. Los libros de matemáticas usan números de mártires muertos para enseñar aritmética. A diferencia de la educación Palestina, Israel enseña a los niños a glorificar la vida, a no demonizar a ninguna raza o grupo de personas, y mucho menos, se les enseña a matar en virtud de una “paz”. 

Al ministro de Educación Saidam, no le preocupa el crimen de educar que se comete en Palestina, lo que realmente le preocupa es el “crimen” que Israel comete contra los niños árabes, cuando se les enseña el valor de la vida, la democracia, la igualdad, y es porque en Israel no se promueve el odio, ni demoniza a los árabes. Saidam busca, a través del programa de estudios, enseñar a los niños a ser mártires, a albergar sentimientos negativos que los llevan a odiar a los judios. Saidam teme que los niños árabes en Jerusalén no estén expuestos al veneno y al lavado de cerebro que se encuentra en el plan de estudios que ofrece la Autoridsd Palestina por un lado, y Hamas por el otro. Los niños árabes dentro de Palestina no tienen opciones para liberarse del odio. 

Mientras que un niño Arabe israelí aprende las vocales, que escucha los tradicionales cuentos infantiles que todos conocemos en Occidente, un niño Arabe palestino está aprendiendo como colocarse una bomba en el cuerpo, como hacerla explotar para morir como un mártir. Y, ¿que sucede con la UNICEF? Mientras que miles de niños son aleccionados por el criminal régimen palestino, la ONU sigue señalando a Israel, culpándolo de cuánto crimen exista entre el cielo y la tierra. Mientras que el régimen criminal de Palestina siga siendo la víctima ante la comunidad internacional, cualquier tratado de paz será una pérdida de tiempo y de recursos.