Causa Peña-Nieto

Cada historia tiene más de una versión, la verdad de unos, la verdad de otros, y definitivamente las dos verdades (la de los unos y la de los otros) debe conocerse, y finalmente cada quien sacará sus propias conclusiones. Los pueblos latinoamericanos nos  hemos  acostumbrado a ver, escuchar y callar mientras que los demás deciden sobre el futuro que solo nos atañen solo a los ciudadanos. 

Cuando vi la noticia de la decisión de Colombia y Mexico al votar en contra de Israel ante las Naciones Unidas, a pesar de los acontecimientos llevados acabo en el mes de septiembre cuando el Primer Ministro Netanyahu visito Latinoamérica, sabia en el fondo de mi ser que del gobierno colombiano podía esperar cualquier cosa, aún más si de arrodillarse por favores políticos se trata. 

Por parte del gobierno de Peña-Nieto, a decir verdad no sabía en que pensar. Creo que el panorama se me aclaró cuando vi el documental para la plataforma Netflix en donde la actriz mexicana Kate del Castillo cuenta su historia y el porque no podrá volver a su país. Comprendí que Peña-Nieto no es mejor que Juan Manuel Santos, que el gobierno de Mexico no es menos sucio que el gobierno colombiano, y por ende la historia no podía ser distinta. 

Así como un gobierno trata a su propia gente, así mismo tratará a los demás países. Así como Mexico y Colombia han tratado a su pueblo, así trataron a Israel, así tratan a las oposiciones, así mismo tratan a quienes dicen lo que ellos no quieren escuchar, lo que no quieren que se sepa, y tienen que usar cualquier método persuasivo, desde el menos violento al más violento. 

Así como Colombia no tiene esperanzas con el gobierno de Juan Manuel Santos, Mexico tampoco la tiene con Peña-Nieto como presidente. ¿Que debemos esperar nuestras democracias? ¿Que debemos esperar de nuestros gobernantes? El futuro es incierto, porque las libertades son cada día más y más coartadas y limitadas por quienes nos representan.