Sionismo: En Defensa de una Nación
Pensar por un instante tener que justificar la propia
existencia pareciera algo absurdo. Sugerir siquiera que los colombianos o
cualquier otro país del mundo tuviera que verse obligado a crear un movimiento para defender no solo ante sus vecinos sino ante todo el mundo el derecho a
existir como pueblo, a la autodeterminación, a la soberanía, al derecho de
tener un Estado establecido en una tierra podría ser algo escalofriante. Peor aún
es aceptar culpas por defender a la población civil de ataques enemigos que
destruyan vallas fronterizas solo para destruir el fruto del trabajo de muchos,
para asesinar mujeres, secuestrar buses escolares y sembrar el terror donde se está
edificando paz.
Esto pareciera ser un caso inexistente, pero hay un país pequeño,
con poca geografía pero con muchos años de historia y sin embargo tienen
vecinos que le triplican su tamaño y lo consideran como una amenaza. Israel es
el único país en el mundo que ha tenido que justificar su derecho a existir ya
que es continuamente señalado por países de moral relajada, solo por defender
sus fronteras de actos de terrorismo. El sionismo ha sido visto con mala cara
por quienes no conocen su esencia y su origen. La Resolución 3379 de la Asamblea de las Naciones Unidas aprobada el
10 de Noviembre de 1975 que equiparó al Sionismo con el racismo y el apartheid
sudafricano y que sería anulada el 16 de diciembre de 1991 cuando se aprobó la Resolución 4686, siendo la resolución de
la ONU más corta de la historia fue la primera en promover el anti-sionismo. Es
necesario comprender bien que es el sionismo y cuál fue su origen antes de dar
por cierto lo que se repite al respecto.
El Sionismo aparece
en el marco de los movimientos nacionales y el término fue acuñado por Nathan Birnbaum en 1890 quien fuera
amigo y compañero de lucha del padre del sionismo Theodor
Herzl. El término nace del deseo
de volver a Jerusalén y aparece por primera vez como un concepto de refugio
establecido por León Pinsker. A
comienzos del siglo XX (1917), había una gran cantidad de intelectuales de
habla yiddish y hebrea. Es en 1892 Birnbaum promueve el término sionismo político que fue por lo que Herzl venia luchando.
En 1896, Herzl publica su libro Der Judenstaat, considerado como el primer documento sionista. El filósofo
alemán Moshe Mendelsshon había planteado
en su particular versión de la ilustración, la Hàskala
la idea de la asimilación con el mundo gentil y la emancipación, pero tras el
Caso Dreyfus, donde el general Alfred Dreyfus fue acusado de ser espía
alemán por las autoridades francesas, Theodor Herzl se dio cuenta hasta qué
punto podría llegar la judeofobia en Europa.
En su libro Altneuland
(Vieja Nueva Patria), Herzl expande aún más la idea del regreso a la tierra
ancestral y anhelada por el pueblo judío. Más adelante este libro se convertiría
en uno de los referentes para el establecimiento del movimiento sionista. El politólogo
argentino-israelí Gabriel Ben-Tasgal en
su libro 300 Preguntas en 300 palabras
define el movimiento sionista como “una reivindicación
del carácter de nación del pueblo judío y
su derecho a una existencia soberana. Por otro lado el filósofo y escritor
austriaco-israelí de origen judío Martin
Buber también citado por Ben-Tasgal señala que el judaísmo es una civilización
que se comprende en varios pilares que han sido clave para que el sionismo sea
posible: los judíos son
y han sido un pueblo. Los judíos son
una religión, la que llevaría el monoteísmo al mundo. Los judíos son
una cultura. Los judíos poseen
una memoria colectiva. Los judíos poseen
un idioma en común que es el hebreo.
En este sentido Buber reafirma que el Sionismo es el Movimiento de Liberación Nacional del
pueblo judío, desde el momento en que aparece el deseo de regresar a Sion,
el nombre dado a Jerusalén, por ende es parte fundamental de su identidad como
lo son también la Halajà (ley judía), los lazos familiares, el idioma hebreo y
por supuesto el vínculo con su tierra ancestral. Con el surgimiento del
sionismo, surgieron también oposiciones dentro de las mismas comunidades judías.
Estas oposiciones se enfocaron en la ortodoxia y la ultraortodoxia, ya que
consideraban que la redención se concentrara únicamente con la llegada del Mesías,
y que el sionismo alejaba a los judíos de sus tradiciones, además del socialismo surge
como otro factor en contra.
Comentarios
Publicar un comentario